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La Península de Samaná se encuentra situada al extremo
nordeste de la República Dominicana, país que comparte con la República de Haití la tercera parte de la Isla Hispaniola, en las Antillas Mayores. Samaná siempre ha atraído visitantes, no solamente por sus
bellas playas de arena clara sombreadas en sus orillas por cientos de cocoteros, sino por su aislamiento y su posición estratégica en la geografía caribeña.
La península de Samaná es reconocida históricamente como el sitio del primer conflicto armado entre indígenas y colonizadores españoles en las Américas. Cristóbal Colón, en su primer viaje
de exploración en enero de 1493, encontró aquí indígenas "ciguayos", quienes opusieron resistencia al desembarco de los exploradores. Por este motivo se denominó a un lugar al sur
de la Península el "Golfo de La Flecha". Durante 200 años (1600 - 1800), los gobiernos de España, Francia, e Inglaterra lucharon por el dominio de la península de
Samaná. Dejando como beneficiarios de esta inestabilidad a los piratas y bucaneros franceses, ingleses y españoles, así como a los esclavos e indígenas alzados, quienes utilizaron la zona como refugio y centro para sus actividades.
Ya en 1807 los seguidores de Napoleón quisieron edificar en Samaná la ciudad napoleónica y en 1867 los Estados Unidos ofreció comprarla por un millón de pesos. El comercio marítimo y la seguridad natural de su Bahía, hizo
de Samaná un foco de atracción para emigrantes. Grupos de colonos de las Islas Canarias, otras islas de las Antillas Menores, Haitianos y esclavos libertos de Filadelfia (USA), han forjado aquí un amplio mosaico cultural. La diversidad y herencia cultural es curiosa y fascinante, como muestran los vestigios culturales en forma de petroglifos y pictografías dejados por los pueblos indígenas en las paredes
de las cavernas. Las iglesias protestantes, metodistas y católicas muestran la pluralidad religiosa de sus habitantes. Todavía se practican, desde el baile africano del "bamboulá"
hasta la tradicional "bachata" y se puede disfrutar la herencia culinaria anglocaribeña del arroz y pescado con coco, el "don plin" y el "johnny cake" así como de la comida criolla
dominicana como el "moro", el "asopao" o el "sancocho". A esto se le suman otros atractivos naturales, visitando en
los pueblos interesantes cuevas y cavernas, cayos o islotes en el medio de la bahía y el paisaje modificado por el hombre en grandes extensiones de cocoteros, dejando entre este verdor,
bosques remanentes, riachuelos, farallones, playas escondidas y ensenadas. En vista de que esta región posee recursos culturales y naturales especiales, su conservación y mantenimiento
depende de que estos recursos se aprovechen de manera duradera. Las Reservas de la Biósfera son espacios protegidos en entornos terrestres, costeros y marinos, que se han seleccionado por tratarse de muestras
representativas del patrimonio natural y cultural de un pais. Son designados Reservas por el Programa sobre el Ser Humano y la Biósfera (MaB) iniciado en 1971 en el seno de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La figura de Reserva de la Biósfera es la mas antigua y la única reconocida a nivel internaciónal en la que se designan zonas con el objetivo de compatibilizar la
conservación con el desarrollo económico y social.
Por ello el Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE), propone y promueve que la Bahía de
Samaná y su entorno se convierta en una Reserva de la Biosfera
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